En nuestra clase nos disfrazaremos de jornaleros andaluces..., para aunar...
Fotos...
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos, decidme en el alma, ¿quién, quién levantó los olivos?
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor, sino la tierra callada, el trabajo y el sudor.
Unidos al agua pura
y a los planetas unidos, los tres dieron la hermosura de los troncos retorcidos.
Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento. Y el olivo alzó una mano poderosa de cimiento.
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos, decidme en el alma ¿quién quién amamantó los olivos?
Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador que se enriqueció en la herida generosa del sudor.
No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza, que os pisoteó la frente, que os redujo la cabeza.
Árboles que vuestro afán
consagró al centro del día eran principio de un pan que sólo el otro comía.
¡Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos, sol a sol y luna a luna, pesan sobre vuestros huesos!
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos, pregunta mi alma: ¿de quién, de quién son estos olivos?
Jaén, levántate brava
sobre tus piedras lunares, no vayas a ser esclava con todos tus olivares.
Dentro de la claridad
del aceite y sus aromas, indican tu libertad la libertad de tus lomas.
Miguel Hernández
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Hoy estoy guarnío. Y lo que más me gusta de estar guarnío es poder decir que estoy guarnío... Es una expresión que me encanta... como tantas otras que son tan nuestras. Como cuando uno se harta de comer y acaba engollipao (o engoñipao) o cuando riegas las macetas más de la cuenta y las dejas enguachinnás... Yo nunca pido churros, sino calentitos... de niño nunca iba a las atracciones, sino a los cacharritos... y cuando me tangaba el colegio lo que hacía era rabona... (qué peyas ni peyas). A lo largo de mi vida he conocido a más apollardaos que tontos y a más esnortaos que despistados... pero nunca a ningún antipático, sólo a malajes o saboríos... Aquí lo mucho es una jartá o una pechá, y lo poco es una mijita... y la gente no pasea, "da vuertas"... Lo que está muy sucio está empercochao y lo que limpias a fondo lo dejas escamondao... Si se te va la olla te quedas majarón, y si das mucho la lata te llaman pejiguera... Los borrachos, que son papaos, no deambulan, sino que dan camballás... y la gente no odia la mentira, sino el falserío... Lo roto está descuajaringao y lo pasado de fecha revenío... los cobardes son jiñaos y lo muy visto está mu manío... Por expresiones como éstas, y las miles que se quedan en el tintero, cada vez me gusta más el andalú... y quien diga que hablamos mal que aprenda a entendernos y verá como le coge el gusto... buenas tardes... (y que conste que lo que acabo de soltar no es ninguna tontería, sino una chuminá..).
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